Día Internacional contra la Violencia de Género

Para tender una mano y por solidaridad con las víctimas.

En lo que va de año han muerto 58 mujeres a manos de sus parejas o ex parejas.

 

Creo que una de las campañas más eficaces de las que se han puesto en marcha contra esta lacra en los últimos años ha sido la que intenta que los hombres no se hagan cómplices. Normalmente, en los corrillos masculinos, es bastante común escuchar comentarios como «no dejes que se te suba a las barbas», «átala en corto», «yo a la mía la tengo en la palma de la mano»… Ya de por si estos comentarios son penosos  pero más penosas aún son las risotadas absurdas de los acólitos que los secundan. Desde aquí un llamamiento a esos hombres para que no rían, para que no secunden, para que no otorguen, para que no sean cómplices. Muchas veces es tan fácil como no reírse e incluso mirar con indiferencia, como si el posible maltratador hablara en otro idioma. En esta sociedad es complicado, ya que si no celebras esas bromas pareces menos hombre y los «machos ibérico» te pueden bautizar como «calzonazos», pero eso ya va en la personalidad y en la altura moral de cada uno. Desde aquí, gracias a todos los que contribuyen cada día a hacer el vacío a esta gentuza.

Dentro de esto, dos reflexiones:

• Mi solidaridad absoluta con el Sr. Neira (como símbolo de otros ángeles de la guarda como él a los que no conocemos) por su valentía, y mi repulsa y mi asco más absoluto hacia la víctima defendida por él (V. S.) no se merece más que eso.

Una vez que otra persona ha dado el paso de ayudarte a defenderte, de echarte una mano amiga a tu infierno… no lo pagues así, no vuelvas con la basura. Lo único que consigues es seguir en el infierno, tú y otras muchas en tu situación que no serán defendidas por miedo a que ocurra lo mismo que contigo, a las pruebas me remito.

• Más, más, más y más medios. Queda estupendo tener juzgados específicos para luchar contra esta lacra social, pero si no los dotamos económicamente se quedan en eso, en un nombre.

Además de medios judiciales, para afrontar las consecuencias, es primordial la prevención. Educación desde el colegio, igual que se ha introducido la Educación Vial y la Educación Sexual, hay que enseñar igualdad desde la guardería y enseñar a los hombres y a las mujeres del mañana a situarse en el mundo, a que nadie está por encima del otro por ganar más, por tener un trabajo mejor o porque las tareas del hogar y los hijos están repartidas equitativamente. Hay que desterrar para siempre los conceptos de «calzonazos» y «castradora liberada».